Friday, June 20, 2008

La figura sudamericana

SEA LATINO--Probablemente vieron la foto y les intrigo que haya puesto a Joaquín Botero de Bolivia, uno de los equipos con menos posibilidades de ir al Mundial, como la figura de la jornada eliminatoria.
Otros escogerán al uruguayo Forlán y su hat-trick en la jornada cinco, Salvador Cabañas “el Gordinho” doblego a brasileños una ves más en la jornada cuatro, y como no mencionar a

Pero para mi la figura es el señor Botero. Mis razones son extra-futbolísticas quizás, ya que admito que sus goles probablemente no sean trascendentales en cuanto a estas eliminatorias conciernen.
Y sin embargo, sus dos goles fueron esenciales para el triunfo sumamente inesperado de Bolivia ante el líder Paraguay. El primer gol abrió la esperanza mientras que el segundo fue el tranquilizante.
La importancia de los goles de Botero radica en la posibilidad de darle inspiración futbolera a una nación.
Botero y Bolivia, como microcosmos representan, a aquellos que están relegados a segunda plana por el resto del mundo. Son dominados por prejuicios tan titánicos que hasta ellos mismos se ponen en segunda plana.
Los aficionados bolivianos, tristemente, prefieren irle a Argentina antes que sufrir la humillación de tener que escuchar como pierde su equipo por goleada. Prefieren poner su corazón en otro lado antes de que se les rompa.
Dichas circunstancias crean un ciclo vicioso, donde la afición no “le da bola” a su selección y el jugador no se entrega al equipo (y que es el equipo sino su afición).
Cuando esto sucede, la vida futbolera para ambos se vuelve irrelevante, y llega hasta las instancias de preferir ser aficionado o jugador de otra nación antes de la suya .
Esto a mi, como analista y aun más como aficionado del espíritu del fútbol, se me hace una tragedia, y dicha tragedia no solo ocurre en Bolivia.
Por eso me quito el sombrero por Botero, por que quizás sus goles que resultaron en el triunfo de Bolivia lleven con ellos la doctrina de la inspiración.
Quizás le devuelva un sentimiento guerrero a jugadores y aficionados y quizás para el siguiente juego eliminatorio en Bolivia, las gradas estén llenas de hinchas dispuestos a recordarle al rival que están ahí para hacer la portada.
Ese ambiente guerrero debería de ser la canasta básica de todo estadio. ¡Vamos Bolivia! pon el verdadero ejemplo de que “si se puede”.

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